· frente al cerro ·
Segundo puesto en concurso público
El edificio propuesto de algún modo hereda la vieja traza de los patios que una vez estuvieron en ese lugar, creando un nuevo patio organizador de la manzana y conjugando su volumetría con una relación compleja entre medianeras y alturas provocadas por la ladera en la que se implanta, con especial atención a envolver o enfundar la medianera vista del edificio plurifamiliar de los años 70, que al tener un mayor número de plantas que su entorno, se convierte en un elemento disruptivo en el contexto de San Cristóbal. Por ello, el edificio va creciendo hasta aprovechar el aumento de plantas permitido en torno a esta medianera, cambiando la imagen urbana en este punto.
Se propone una edificación escalonada con terrazas, adaptada a la topografía propia del cerro y a la escala y volumetría original del barrio, que puede observarse en las fotografías históricas. La volumetría del edificio busca entroncar con la tradición arquitectónica mediterránea, de adición de cuerpos primarios para la construcción de un volumen total orgánico y en diferentes niveles. Así mismo, se opta por una solución de cubierta plana también en línea con la arquitectura vernacular almeriense, de azoteas concatenadas a diferentes alturas.
De cara a reforzar la conexión con la escala preexistente y doméstica del barrio, se plantean dos grandes vaciados en las fachadas oeste y norte que rompan con la imagen de un único elemento. Los huecos de iluminación así mismo adquieren la proporción vertical de las viviendas tradicionales.
El edificio ofrece dos espacios para el uso comunitario: el patio de acceso, en conexión con el portal y el núcleo de comunicaciones, y la terraza-azotea para tender y disfrutar de las vistas que ofrece la ubicación privilegiada en la que se encuentra.
La materialidad propuesta, de acuerdo a la normativa de protección, se basa en un zócalo para las zonas de planta baja realizado en piedra caliza, de utilización local, combinando gran formato y pequeño formato para zonas de celosía, sobre el que se apoya el resto de la fachada, de revoco de cal tradicional, también de uso frecuente en el contexto urbano. Las carpinterías se realizan en madera, para su mejor adaptación al centro histórico, y la cerrajería de aluminio cepillado, con acabado mate.